Visita al Psicologo

 

TEXTO DE LA HISTORIA

Maria llevaba visitando a la Doctora Carmen, una especialista en psicología y problemas sociales y de conducta para tratar de mejorar en el tema de su falta de sociabilidad, inseguridad, baja autoestima y tendencias suicidas.

Doctora Carmen: Querida María ¿Cuéntame como te fue esta semana sin vernos?

María: Pues doctora… no muy bien que digamos, trate de implementar todas las recomendaciones que me ha dado en las sesiones pasadas pero es muy difícil, no se usted como lo hace para hacerlo tan fácil y de manera tan orgánica.

Doctora Carmen: Es fácil querida niña, es por mi actitud, eso es lo que te falta ya te lo había dicho, pero por eso es en lo que mas tienes que trabajar, recuerda que no puedo estar todo el tiempo mostrándote directamente como hacerlo, debes lograrlo por ti María: Lo se doctora pero… será que una vez más podría mostrarme…

Doctora Carmen: Esta bien, pero será la ultima vez ¿De acuerdo?

María: ¿La ultima vez? ¿La ultima… ¡NO! Por favor no.

Doctora Carmen: María… entiéndeme ya tengo cierta edad, quiero jubilarme de la psiquiatría y si bien no tengo esposo ni hijos quiero dedicarme a vivir mi vida tranquila, no es nada personal. Creo que puedes entenderme ¿No es así?

María: ¡NO! No la entiendo, no puede ser la ultima sesión. Doctora es que usted no se imagina los comentarios que recibo después de que termina una de nuestras sesiones de posesión, todos aman lo mucho que progreso por usted, hasta a mi me gusta más la versión de mi que soy cuando usted tiene el control… Doctora por favor ¿Hare lo que sea pero continúe ayudándome a ser la mejor versión de mi, se lo ruego, se lo suplico, haré lo que sea para que lo siga haciendo…

Desconsoladamente María bajo la miraba y apretó con fuerza uno de los cojines que  tenia a su lado y empezó a llorar con todas sus fuerzas. Antes de calmarla la Doctora Carmen sonrió, sonrisa que rápidamente trato de ocultar con una mirada mas parca y comenzó a pensar en lo que dijo María.

Doctora Carmen: María… ¿A que te refieres con hacer lo que sea?

Hubo silencio, María no sabia que decir, lo que había dicho lo dijo deliberadamente sin pensarlo bien, ni siquiera lo había procesado, sin embargo la doctora Carmen se lo volvió a preguntar un par de veces más, la presiono hasta saber una respuesta.

María: ¡Tómame! Poséeme una vez más, adelante hazlo ahora mismo.

Doctora Carmen: Te dije que iba a hacerlo, lo haré como será la ultima vez antes de mi retiro…

María: Cállate, déjame terminar de hablar… Hazlo ahora mismo, si, pero nunca salgas.

Doctora Carmen: ¿Entonces? ¿Ser siempre tu? ¿Qué pasaría contigo?

María: Lo mismo de las otras sesiones, yo sería tu espectadora sumisa, solo vería, escucharía y opinaría contigo todo lo que haces con mi vida.

Doctora Carmen: ¿Estas segura de querer algo así? ¿Estarías satisfecha únicamente viviendo meramente como una espectadora en tu propio cuerpo?

María: ¡Si! ¡Lo acepto! ¡Por favor acepta! Es una carga ser yo, tu lo haces bien, seamos un mismo ser, seamos ambas María, tu la parte consiente y yo la inconsciente.

La doctora Carmen lo pensó detenidamente, la oferta era muy tentadora y al ser una mujer ya con cierta edad y sin familia con quien pasar su vejez en verdad lo estaba considerando, claro, como no hacerlo, era una gran oportunidad de vivir nuevamente y volver a iniciar desde una corta edad pero con todo el conocimiento y experiencias que había acumulado durante toda su vida. Esta era una oportunidad en un millón y ahora estaba segura de que no la quería dejar pasar.

Doctora Carmen: Si acepto impartiré una serie de condiciones  que nunca podrás romper

María: ¡Ohhh de verdad! ¡Gracias! ¡Gracias! Dime cuales son.

Doctora Carmen: Primero, será cien porciento permanente, la posesión no se desacera jamás, segundo, tu no tomarás ninguna decisión, yo hare todo el trabajo y por ultimo yo seré María, tu solo serás una intrusa en mi cuerpo. ¿Aceptas todo querida?

María; Si, si, estoy totalmente de acuerdo con todo, entra de una vez doctora Carmen.

Unos veinte minutos después de la oficina de la doctora estaba saliendo de la oficina, María feliz y dichosa  con la doctora estaba en su interior. La posesión había sido un éxito.

Las anteriores veces que Carmen había poseído a María había sido muy respetuosa no haciendo cambios abruptos o egoístas con su cuerpo y su vida pero esta vez era diferente, esta vez no estaba en juego la integridad profesional de Carmen, al contrario era una situación tan personal que Carmen se libero completamente de su ética, ese cuerpo era todo suyo… y a María le encantaba cada vez mas ser poseída e incluso hasta llegando a odiar la idea o simple pensamiento de volver a tener ella el control, nunca se había sentido más libre en su vida. Era la relación perfecta entre poseída y quien posee. Todo gracias al lavado de cerebro de Carmen hacia Maria…