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La Nueva Jardinera

 

 

TITULO DE LA HISTORIA

Jerónimo estaba en su estudio haciendo una tarea de la escuela cuando escucho el eco de una risa provenir desde la ala opuesta de la casa, curioso por saber que había sido siguió el origen bajando por las escaleras hasta la sala y encontrándose con una escena inesperada.

Cuando llego se asusto por ver a la jardinera tendida en el suelo totalmente inmóvil y de ver a su madre en vestido de baño celebrando efusivamente justo sobre ella con un pie pisando su entrepierna y ambas en sus caderas y mirándola fijamente.

Jerónimo: ¿Mami…? ¿Qué le paso a la nueva jardinera? ¿Por qué estas celebrando? ¿Llamo a una ambulancia? ¿¡Mamá!? ¡Oye! ¡Respóndeme!

Alexandra: Emmm ¿Qué? Mmm este, no, ambulancia no, no los vayas a llamar entiendes niño. Y emmm si, y por la jardinera no te preocupes, esta completamente bien.

Jerónimo: ¿Niño? ¿Por me llamas… bueno, pero y la jardinera, ¿segura que no quieres que llame a alguna ambulancia? O al menos déjame ir por el botiquín o algo

Jerónimo no hacía caso a su madre e iba tanto por el teléfono como por el botiquín cuando de un grito su madre hizo que se detuviera.

Alexandra: ¡Te dijo que NO! ¡Ahora ven para acá!  Las cosas cambiaran de ahora en adelante, si no me haces caso y no eres un…. Emmm un hijo obediente lo pagaras… incluso si me canso de ti te enviare a un orfanato o algo peor ¿Entiendes? ¡Ahora vete de mi vista!

Jerónimo se quedo sin habla, no entendía por que la jardinera estaba en el suelo, su mamá estaba actuando tan raro, por ejemplo ella jamás le había gritado así, y lo mas raro para él es que ella nunca lo había llamado niño en vez de por su nombre, sin embargo no quería confrontarla más… Se fue a su cuarto a seguir con sus estudios.

Él estaba confundido por su madre y aunque la escucho riendo, celebrando y gritando de la felicidad, e incluso poniendo música a todo volumen no se atrevió a bajar a verla…

Mientras él seguía haciéndose todo tipo de preguntas acerca de su madre, Alexandra…

Alexandra: -Dios…. Mi viejo cuerpo si que esta pesado, pero no importa, debo sacarlo de la casa antes de que esta maldita despierte en mi cuerpo y me haga todo tipo de escandalo por haberle robado su cuerpo jajaja. Lo bueno es que nadie le creerá que ella es la bella Gabriela y que la nueva jardinera que contrato hace solo unos días intercambio su cuerpo con ella jajaja. Pobrecita…. Le tocara seguir viviendo mi vieja patética vida-

Alexandra: -Amo mi nuevo cuerpo y mi nueva vida, lastima que soy madre y ahora tengo a ese maldito mocoso a mi cargo, si no se comporta bien ira a un orfanato.-

Alexandra: -Por fin termine de llevarla afuera, ahora haré un escandalo y haré que los de seguridad se la lleven de la propiedad y pondré una orden de restricción contra ella jajaja.

Alexandra: -Me encanta la idea de la orden de restricción, así no se me podrá acercar o ira a parar a la cárcel por una larga temporada y le haré la vida imposible estando allí jajaja, Alexandra: -Mmm me encanta que todo haya salido bien, ahora quiero conocerme mejor-

En la intimidad de su nuevo cuarto Alexandra se desnudo frente al espejo y comenzó a frotar sus tetas comenzando por los pezones, luego las aplasto contra el espejo y mientras besaba su propio reflejo ambas manos estaban ocupadas con su vagina la cual estaba masturbando fuertemente hasta que ella misma se hacia venir. Se puso unos tacones y algo de lencería que entro en un cajón y comenzó a modelar para si misma frente al mismo espejo. Puso nuevamente música y no dejaba de gritar que amaba su cuerpo y que amaba ser Gabriela. No dejaba de llamarse diosa y que era la mujer mas hermosa del mundo mientras acariciaba una y otra vez todas las curvas de su perfecta figura. Se sirvió una copa de whisky, movió una silla frente al espejo, se sentó y mientras tomaba el tosco licor no dejaba de mirarse fijamente cada detalle de su piel. Alexandra amaba el cuerpo de Gabriela y estaba dispuesta a conservarlo.

Unos minutos mas tarde Alexandra escucho un escandalo en la puerta principal, sabía que era Gabriela que había despertado y que se había dado cuenta de lo que le había sucedido, por lo que llamo a seguridad para que fueran por ella. Luego salió al balcón de su habitación para ver el vergonzoso y triste espectáculo que Gabriela estaba haciendo reclamando su cuerpo y su vida… Quien iba a creerle... Alexandra reía y Gabriela gritaba cada vez mas, exigía con decenas de amenazas que bajara y abriera la puerta pero Alexandra solo podía reír aún mas y burlarse.

Cuando Jerónimo salió a su balcón Gabriela comenzó a llorar suplicándole a su adorado hijo que le ayudara, que le abriera la puerta y la dejara entrar, le confeso que era su madre y que lo amaba y que haría lo que fuera por él. Jerónimo no sabía por que pero se conmovió, para él la mujer de la calle era la jardinera pero sentía un raro apego y cariño hacia a ella por lo que iba a ir a abrirle la puerta…

Alexandra: ¡Oye! ¡Detente mocoso! ¿Acaso no ves mi rostro y mi cuerpo? Yo soy tu madre y mi orden es que entres a tu cuarto y te encierres y por nada del mundo bajes y le abras la puerta

Dudoso de que hacer decidió hacerle caso a Alexandra debió a verse como su madre y se encerró. Al momento llegaron los guardias y comenzaron a llevarse a Gabriela. Desde su cuarto Jerónimo escuchaba como se la llevaban y le dolía mucho lo que sentía. Sabia que algo estaba mal aunque no entendía que era… Y mientras el sufría y Gabriela peleaba, Alexandra se regocijaba por su magnifica victoria. Se estaba deshaciendo del único cabo suelto que podía interponerse en su camino. Solo iba a existir una única y verdadera Gabriela y sería ella

3 comentarios:

  1. Me encantó solo que le faltó explicar cómo se intercambiaron de cuerpos amo las historias de madres solteras cambiando de cuerpos con ancianas

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  2. Buen plan y mejor ejecución... Ya sólo queda librarse del niño

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