La Nueva Sirvienta

 

TEXTO DE LA HISTORIA

Hong como muchos otros inmigrantes había llegado al país tratando de buscar una mejor vida para mejorar su condición y la de su familia en su amado país. Hong se había mudado hace un par de años con una visa de turismo por lo que su estadía no era permitida por el gobierno local y en cambio era buscada por la policía de inmigración para devolverla a su tierra, y debido a eso Hong estaba condicionada a vivir con bajo perfil y usualmente en trabajos mal pagos y con pésimas condiciones ya que al no tener papeles debía recurrir a ellos..

Y así era su situación actual, Hong llevaba un par de meses trabajando como la mucama y casi que la esclava de Érica, y si bien el trato que ella tenia con ella no era el mejor al menos sabia que en su casa estaría a salvo y que tenia un pago bien asegurado y también al no mantener mucho Érica en su casa el trabajo era regularmente fácil y le daba muchas libertades para hacer lo que quisiera. Incluso muchas veces había ido al armario de Érica a ponerse su ropa, joyas y tacones y fingir ser ella. No quería ser ella, no, solo envidiaba su vida y manera de vivir, pero sobretodo sus documentos para vivir libremente y bajo la legalidad en el país.

Pese a todo lo malo Hong era una buena trabajadora y seguía todas las ordenes de su jefe Érica, sin embargo una mañana Hong estaba de mal humor por estar preocupada desde la noche debido a unas malas noticias que su familia le comento en una llamada que tuvieron, tenia sueño y algo de dolor de cabeza, sin embargo estaba trabajando como siempre organizando la habitación de su patrona, luego iba a hacerle el desayuno pero para empeorar todo esa mañana Érica estaba tan insoportable como siempre y por la mezcla de todo en una de las rabietas de Érica Hong no resistió más y discutieron.

En su discusión se empujaron un poco y al estar el suelo un poco resbaloso por un producto que Hong usaba para limpiarlo resbalaron y cayeron al tiempo dándose un fuerte golpe en la cabeza. Del golpe quedaron casi inconscientes y les dolía mucho por lo que unos segundos se quedaron allí en el suelo.

Un rato luego del golpe Érica fue la primera en levantarse, le dolía mucho su cabeza y estaba confundida, no sabia como ni por que pero su cuerpo estaba aun tendido en el suelo sin embargo ella estaba de pie, pensó que era por el golpe así que fue a la cocina por un vaso con agua, tomó de él hasta que se sintió mejor, se levanto y mientras iba a ver como estaba Hong soltó el vaso de agua haciendo que este estallara contra el suelo cuando se vio en un espejo en el pasillo y vio que se veía como Hong. Su grito hizo despertar a Hong, ella con un dolor de cabeza también por su golpe.

Érica fue rápido a confrontar a Hong cuando la vio apenas levantándose, sin embargo le costaba, se notaba que no estaba acostumbrada a llevar tacones tan altos. Érica grito y cuando Hong la vio y se dio cuenta que era su cuerpo también lo hizo. Ambas gritaban pero mientras Hong solo se asusto Érica se desmayo cayendo nuevamente al suelo.

Para cuando Érica se despertó pensó que todo había sido una pesadilla, se levanto y vio que estaba sola así que fue a buscar a Hong pero cuando la vio sonriente sentada en su sala volvió a gritar de nuevo.

Érica: ¡Hong! ¡¿Qué me hiciste maldita sea?! Regrésame mi cuerpo… ¡YA!

Hong: No tengo ni idea como sucedió, yo no hice nada, solo recuerdo ese golpe que nos dimos en la cabeza y luego recuerdo caer al suelo.

Érica: No te creo, devuélveme ahora mi cuerpo, es mío, no quiero tu asqueroso cuerpo asiático perra, quiero mi perfecto cuerpo ahora.

Hong: No me trates mal, yo no hice nada malo, además no se como devolvértelo… Además… no, no lo haría aunque pudiera, es mío ahora.

Érica: ¿A que te refieres con eso? No te portes insolente conmigo perra.

Hong: ¿O que? ¿Harás que me deporten? Mírate bien, ahora tu eres la inmigrante mientras que yo soy totalmente legal en este país jajajaja.

Érica iba a responder pero se quedo callada un segundo, Hong tenía razón, pero por su rabia no se quería dejar acorralar.

Érica: ¿Si? ¿Eso crees jajaja?  Ya lo veras, los llamare ahora mismo y haré que te metan en la cárcel por lo que hiciste.

Hong se rio y dejo que Érica llegara hasta el teléfono y comenzara a marcar los primeros números.

Hong: Si, llámalos y diles la locura de que has intercambiado cuerpos con tu mucama inmigrante a ver si te creen jajaja.

Mientras Érica dudaba si continuar marcando los números restantes o colgar el teléfono Hong se levanto y empujo su mano hacia abajo colgando la llamada y haciéndole daño en su mano, luego rápidamente sin dejarla separar su mano tomó todo el brazo y lo giro haciéndole daño contra su espalda.

Hong: Ahora que estoy a punto de fracturar tu brazo y sientes ese dolor intenso escúchame bien puta ¿entiendes?

Érica sentía mucho dolor y casi ni se podía mover pero con un gesto con su cabeza le hizo entender que iba a escucharla.

Hong: Bien, ahora nos estamos entendiendo, escucha bien lo que voy a decir. Tengo tu cuerpo y tu tienes el mío, no sabemos como revertir esto y no voy a hacer nada para tratar de resolverlo así que quieras o no desde ahora tu serás Hong y yo seré Érica, seguiremos viviendo como siempre como si nada hubiera sucedido.

Érica: ¡No! ¡No es justo! No lo….

Hong apretó mas su brazo causándole dolor para que se callara.

Hong: ¿No que? Tu no tienes derecho a decidir, ahora eres mi mucama, mi sirvienta y más que eso ¡MI ESCLAVA!

Hong: ¿O acaso quieres que llame a la policía y te denuncie por tus documentos? ¿Dime que prefieres? ¿Quedarte aquí en tu país en buenas condiciones de vida ganando buen dinero bajo mis ordenes o volver a mi país con cero oportunidades a aguantar hambre y toda clase de necesidades? ¡ELIGE!

Érica sabia que estaba entre la espada y la pared, sabía que no podía hacer nada contra Hong, debía resignarse y aceptar su nueva posición… con todo su dolor su orgullo no le servía de nada…

Hong: ¿Y bien? ¿Qué harás? ¿Qué decides? ¿Debo de llamar a la policía o iras a prepararme un rico desayuno? Jajaja

Érica: Maldición… No los llames… Iré a hacerte el desayuno…

Érica tuvo una cantidad de problemas para hacer un “desayuno”, se disculpo de mala manera con Hong ya que el odio y el resentimiento que sentía hacia ella era monumental. Hong cuando lo probó casi se vomita del asco, sabía horrible.

Hong: ¡Érica! ¡Esto sabe horrible! Tendrás que mejorar tu cocina, no me importa cuantas veces debas de practicar, aunque te toque hacer decenas o cientos de desayunos de practica pero debes de cocinarme manjares, no porquerías así.

Érica: -Maldita perra te odio-. Bueno… mi señora, prometo que mejorare discúlpeme.

Hong: Así me gusta que me trates, no olvides ahora yo soy tu ama y la señora de esta casa y tu me perteneces. Prepárame algo de fruta, aun tengo hambre, luego encárgate de mi casa y luego ve a verme en la alberca, estaré allí disfrutando jejeje.

Érica le llevo algo de fruta tal como pidió y luego al volver adentro no hizo prácticamente nada de la casa, se la paso todo ese rato llorando y lamentándose de la mala suerte y el pésimo destino que ahora tenia, se odiaba si misma y al cuerpo de Hong que ahora era suyo.

Unas horas después Hong la llamo desde la alberca, Érica no recordaba que debía ir a verla por lo que asustada por su reacción salió corriendo a ver que quería.

Al ver a Hong se sorprendió abriendo sus ojos lo mas que pudo, Hong estaba masturbándose fuertemente la vagina que era suya, estaba gimiendo y al ver a Hong acercarse en vez de detenerse se frotaba más y más hasta que se vino y gimió sonriendo hacia ella.

Hong: Ay Érica, tu cuerpo es increíble, perdón jajaja, mi cuerpo es increíble, me encanta de hecho jajaja.

Érica: ¿Para que me llamo mi señora? ¿Qué necesita de mi?

Hong: Como la patética fruta que me trajiste no me satisfizo y el desayuno que hiciste no sirve ni para alimentar a los perros saldré al centro de la ciudad, quiero que el mundo me vea como la diosa que soy ahora jajaja. Y tu iras conmigo, vas a ver el mundo desde tu nuevo lugar y tu posición de criada y esclava así que ve y espérame en mi recamara vas a maquillarme y peinarme. Ahora vete, yo ya voy.

Unas horas mas tardes en el centro de la ciudad, ambas mujeres estaban sentadas afuera de un restaurante.

Hong: ¡Que magnifico día! No hay casi nadie en la calle, no hay ruidos molestos, los pájaros cantan y al igual que yo el sol brilla deslumbrante. Y lo mejor de todo es que esto apenas esta empezando ¿Verdad esclava?

Érica: Así es mi señora, tiene toda la razón. –Maldita… cuanto te odio-

Hong: Jajaja así es. Viste como me miro el mesero, estaba loco por mi.

Érica: Si señora es que ahora usted es magnifica al tener mi cuerpo.

Hong: ¿Cómo? ¿Perdón? ¿Tu cuerpo? Jajaja, no se a que te refieres, yo soy, siempre he sido y siempre seré Érica ¿recuerdas?

Érica: Discúlpame, tienes razón, es tu cuerpo, olvida lo que dije. –Ya veras, haré lo que sea para recuperarlo todo algún día-

Mientras conversaban en mesero llego con el pedido de ambas, ignoro completamente a Érica solo centrando toda su atención en la hermosura de Hong, estaba totalmente embobado y Hong lo notó.

Hong: ¿Qué opinas de mi? ¿Te parezco hermosa? ¿Quieres besarme?

Mesero: ¿Mmm..? Lo siento señorita, ¿La moleste o por que lo dice?

Hong: No dejas de mirarme, pero no me molesta no te preocupas, solo responde mis preguntas o ¿Acaso tienes novia?

Mesero: Si, tengo novia pero si puedo ser franco me parece muy hermosa

Hong: No me importa que tengas novia, vamos a tomar algo cuando salgas.

El mesero dudo por un segundo pero termino aceptando seducido por ella, satisfecha le dijo que se acercara y lo beso apasionadamente mientras miraba pícaramente a Érica y sonreía hacia ella entre besos.

Para Érica era humillante la manera como Hong usaba su cuerpo haciéndola quedar como una puta, pero sentía envidia de ella… Pero no había mucho que pudiera hacer, ahora solo le quedaba resignarse.